Prácticamente todos tenemos ya interiorizado que hay que llevar mascarilla por la calle. Pero, ¿qué ocurre si nos sorprende la lluvia y esta se moja? "No vale esa mascarilla, hay que cambiarla por otra", advierte Déborah García Bello, que explica en Más Vale Tarde por qué no debemos intentar secarla con una plancha o secador.

Si la mascarilla se moja, "se satura y deja de filtrar", apunta la química y divulgadora científica, que detalla que la mascarilla está formada "por unas fibras de plástico que están prensadas".

Este material tiene una "inercia química, a través de fuerzas electrostáticas, capaz de atraer esas gotículas que expulsamos al respirar, pero también las gotas de fuera". Por eso, si se moja, "acaba saturándose y no funciona".

"Si se nos moja la mascarilla, hay que cambiarla por otra", insiste la experta, que alerta en contra de intentar secarla con el secador, el microondas o incluso en el horno. "No se puede hacer eso", asevera, ya que "el tipo de polímero del que están hechas es muy sensible al calor", así como a los detergentes y los alcoholes.

"Nada de plancha ni de horno", resume, apuntando que "esas fibras se unen mediante enlaces químicos débiles y con el calor lo que hacemos es romperlos, con lo cual la mascarilla pierde efectividad". "Además, con el calor se puede deformar, con lo cual no se podría adaptar bien a la cara", agrega.

Mascarillas con filtro de quita y pon

Por otra parte, García Bello recuerda que las mascarillas higiénicas tienen que tener la homologación UNE0065 y advierte de que "si son mascarillas con filtro de quita y pon, no son mascarillas homologadas".

Aunque se usaron cuando no había abastecimiento de mascarillas, precisa, esos filtros son para partículas de 2,5 micras. "Sirven para el polvo o el polen, pero no sirven para las partículas que transportan el virus. Para esta pandemia son insuficientes", concluye.