Las mascarillas de tela empiezan a prohibirse en algunos hospitales españoles puesto que no todas cumplen con la normativa, algo que es difícil de ver a simple vista, y por lo tanto no nos previenen ni previenen al resto del contagio del COVID-19.

La química y divulgadora científica Deborah García Bello ha explicado en Más Vale Tarde cuáles sí son aptas para el uso diario y también cómo deben de ser utilizadas de manera correcta.

Para empezar, no se debe usar una mascarilla de tela encima de una mascarilla quirúrgica o incluso dentro, como la utilizan muchas personas a modo de filtro. "Es un clásico terrible. La quirúrgica está hecha de un material que por fuera es hidrófugo, repele el agua, y por dentro tiene un material que absorbe parte de las partículas que expulsamos. Nunca hay que cubrirlo y menos con una tela de algodón", ha aclarado la experta.

Además, como cualquier otro producto sanitario "no se puede manipular, no se puede recortar. Hay que usarla tal y como es". Así, García Bello insiste en que tampoco se deben manipular las gomas para que se nos ajuste más a la cara porque terminan creándose huecos en los laterales. "Hay que ponérselas tal y como son", ha reiterado la química.

Una vez aclarado el uso correcto de estas mascarillas higiénicas, Deborah García Bello ha indicado en qué debemos fijarnos a la hora de elegir una mascarilla de tela. Lo esencial es cerciorarse de que está homologada.

"A simple vista no se sabe si es una tela cualquiera o una mascarilla que está homologada", ha reconocido. Por eso, debemos de fijarnos en que cumplen con la normativa UNE0065.

Además, para evitar el fraude, tenemos que asegurarnos que las mascarillas incluyen otras especificaciones como los lavados que resiste, que suelen estar entre los 10 y 30 lavados, que laboratorio lo ha certificado o cuál es la respirabilidad.