En los últimos días, algunos de los indicadores del volcán de La Palma han evolucionado favorablemente: ha descendido la emisión de dióxido de azufre, se ha reducido el tremor, y ha habido menos terremotos y de menor intensidad. ¿Empieza a anunciarnos algo el volcán? David Calvo, portavoz de Involcan, afirma que "es pronto para anunciar el principio del fin", pero los datos sí revelan que el sistema está encontrando dificultades para encontrar suministros.

"Parece que el desabastecimiento empieza a hacer mella en el volcán. Ese agotamiento de sismicidad profunda dice que cada vez hay menos material disponible y eso puede ser una buena señal", ha indicado el experto.

Con todo, recalca que los procesos geológicos son largos, por lo que debemos ser cautos y esperar unos cuantos días par a ver si esas señales se mantienen en el tiempo o vuelve a hacer un quiebro y vuelve a recuperar actividad.

A la hora de conocer cuándo llega el fin del volcán, confirma que se irán reduciendo las cosas visibles: los terremotos dejarán de sentirse, las coladas de lava puede que dejen de fluir y la columna de ceniza puede frenarse. Pero el "objetivo final" para dar por concluida la erupción será registrar dióxido de azufre cero.

Con todo, avisa: "incluso cuando no veamos lava ni gases saliendo a nosotros nos llevará unas cuantas semanas determinar que el volcán ha finalizado su erupción y por fin se duerme. Habrá un desfase entre lo que vea la gente y lo que digamos los científicos".