El epidemiólogo y pediatra Quique Bassat tiene claro que la aprobación de la vacuna del COVID-19 a niños de entre cinco y once años por parte de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) es una buena noticia y que no pasa nada porque la dosis que reciban los menores sea un tercio de la que se inyecta a los adultos.

"Los datos que ha analizado la EMA son los mismos que analizaron hace más de un mes la FDA de EEUU y son los datos de ensayos clínicos, específicamente conducidos en el grupo de edad de cinco a once años", ha asegurado en una entrevista en Más vale tarde. "La vacuna funciona muy bien, protege muy bien y es absolutamente segura", ha subrayado.

Sobre si esta vacuna tendrá efectos secundarios en los infantes, no serán distintos de los que experimentan los adultos: dolor en el lugar del pinchazo, malestar general, décimas o incluso fiebre... Pero, apunta Bassat, "en general los niños toleran las vacunas mucho mejor que los adultos".

Además, ha rebatido las críticas a esta vacuna por no haberse probado con anterioridad o por haberse desarrollado muy pronto. "Con esta vacuna tenemos una experiencia acumulada de 8.000 millones de dosis", todas las que se ha pinchado hasta ahora.

Bassat apuesta por vacunar a los niños pero al mismo tiempo impulsar la vacunación en países donde apenas han llegado sueros: en África solo se ha inyectado el 2,5% de las 8.000 millones de vacunas inoculadas hasta ahora.

"Es un falso debate", ha zanjado. "Hay que reforzar la capacidad para llevarla a los países más pobres, pero en paralelo podemos acelerar el proceso de vacunación de los niños. Son los grandes protagonistas de esta ola", ha dicho.