Carmen Pico es la hija de una de las víctimas de las residencias de A Coruña durante la pandemia. Un día recibió una llamada del centro diciendo que su madre tenía COVID-19 y a los cinco días falleció.

En Más Vale Tarde ha explicado que la familia pidió poder hacer una videollamada pero que "no hubo manera" y la residencia no facilitó dicha comunicación. "Se murió sin una mano a la que agarrar", recuerda.

Además, la mujer no fue derivada al hospital. "Según el protocolo del Sergas no era candidata a UCI. Eso tenían que decidirlo en el hospital, como mínimo que le den la opción a sobrevivir", lamenta Pico.

Así, especifica que no conoce si existía o no un protocolo por escrito, pero que a ella sí le dijeron desde el centro que según el Sergas, que gestiona la residencia donde falleció su madre, los ancianos con cierta edad o ciertas patologías no eran derivados al hospital "Eso me parece un homicidio imprudente", asegura.

Después, una vez les informaron de que su madre había fallecido, no pudieron certificar que era ella: "Nos dijeron que su cuerpo iba en bolsas herméticas y no se podía ver".

Ahora, Picos representa a la Asociación de usuarios y familiares de usuarios de residencias de Galicia y asegura que las cuentas de fallecidos que ofrece la Xunta, que contabiliza 36 muertes en residencias desde el inicio de la pandemia, no se corresponde con las cifras que maneja la asociación, que ascienden a unas 60 defunciones. "Algo falla, porque es el doble", puntualiza.

Desde la organización piden saber cómo murieron sus familiares y que la Policía inicie una investigación. Además, asegura haber contactado con todos los grupos políticos de la comunidad y que les han "atendido muy bien", a excepción del PP, que nunca les ha dado una cita.

Y es este el único partido que, además, se ha abstenido en el pleno del Ayuntamiento de A Coruña en el que se votaba la decisión de abrir una investigación sobre la gestión de las residencias de mayores: "Puede ser por ignorancia o porque tengas algo que ver", apunta Picos.