José Antonio López Guerrero, director del grupo de neurovirología de la Universidad Auntónoma de Madrid, explica que tanto en Italia, donde un estudio determinó que el COVID-19se había "debilitado enormemente", como en España, se ha visto que "la clínica del virus era cada vez menor".

El experto ha explicado que ya "no se desarrollan esas neumonías tan radicales", que sí se vieron en los primeros meses de pandemia. Además, estudios profundos sobre el tema empiezan a señalar que el virus "está adquiriendo unas mutaciones especificas que lo puedan hacer menos virulento".

"Era lógico pensar que si había unos efectos clínicos también huera unos efectos moleculares", ha indicado Guerrero.

Aún así, el virólogo ha indicado que las medidas de distanciamiento social están funcionando, reduciéndose los contagios, pero que el coronavirus no ha desaparecido. "Al virus le gustan los reserborios, los santuarios, sitios pequeños donde hacerse fuerte y expandirse".

Por ello, insiste en que "hay que seguir teniendo mucho cuidado porque el virus todavía tiene mucha capacidad de recuperar virulencia".