Casi siete de cada diez españoles no están dispuestos a trabajar más años a cambio de más dinero, como ha planteado el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Para el profesor de Economía en la Universidad de Barcelona, Gonzalo Bernardos, "no es una reforma que el Gobierno desee"; y ha añadido: "Es todo todo lo contrario. Es una reforma impuesta por Bruselas porque las cuentas públicas han de estar más equilibradas que en los últimos tiempos, y resulta que uno de los agujeros principales es la Seguridad Social".

"Escrivá sabe, como todos, que es una de las medidas más duras que se pueden poner", ha afirmado Bernardos, que ha señalado que muchos de los que tienen más de 55 años "están locos por jubilarse", y considera que esta medida será rechazada: "A quienes les ofrezcan más dinero por trabajar un año más, si cobran una pensión, sobre todo por encima de los 2.000 euros, van a decir que ni hablar, que lo que quieren es jubilarse anticipadamente".

En este sentido, Bernardos cree que "los que trabajan en grandes empresas y son prejubilados a los 58 o 59 años, o a los 55, son las personas más felices del mundo". Y aunque ha valorado que a Escrivá se le haya ocurrido "dar 12.000 euros como máximo si prolonga un año de trabajo a aquellos que cobran la pensión máxima y tienen más de 44,5 años cotizados", cree que "ni así" será aceptada esta reforma.

"Es una medida que para el partido que la imponga va a ser muy impopular. Pero los gobernantes no tienen que hacer las cosas populares, tienen que hacer las cosas que necesitan y son imprescindibles para el país", ha añadido el profesor, concluyendo: "Como uno vive más años, tiene que jubilarse necesariamente más tarde, esto es lo que hay".