Ahora que es tan difícil guardar la distancia de seguridad porque todos podemos salir a la calle, la mascarilla es el único instrumento de defensa para proteger a los demás. Pero si no la colocamos de manera correcta, no tiene ninguna utilidad.
Deborah García Bello, química y divulgadora científica, indica en MVT que tiene que cubrir la nariz, la boca, las dos zonas por las que expulsamos las gotículas, y el mentón. "Cuando liberamos el mentón da una falsa sensación de seguridad, porque tapamos la boca pero por los huecos también pueden salir las gotículas.
Además, la experta explica que hay que ponérselas sin cruzar los cordones en las orejas, cosa que hacen muchos ciudadanos pensando que así se ajusta mejor la mascarilla a la cara.
Guardarla sin tocar la parte contaminada
Pero no sólo es importante colocarse bien la mascarilla, también lo es saber cómo retirársela. Lo ideal para guardar una mascarilla es meterla en un sobre de papel ara que no proliferen bacterias. Las bolsas zip sólo están indicadas para guardarlas durante unos minutos, tal y como explica García Bello.
La parte azul, la que queda por fuera, está plagada de virus. Por ello, a la hora de doblar la mascarilla esta parte tiene que quedar por dentro, para no tocarla nosotros y que tampoco entre en contacto esta parte contaminada con el interior del sobre o la bolsa.
¿Qué mascarilla debemos elegir?
Tal y como explica la experta, los ciudadanos que no somos sanitarios ni tenemos una enfermedad que nos obligue a protegernos más, tenemos dos opciones: o la mascarilla quirúrgica o la mascarilla higiénica. Estas últimas son las más novedosas, suelen ser las más económicas y además algunas son sostenibles, al poder reutilizarse (estas deben llevar el certificado UNE:0065 que indica que se pueden reutilizar porque son lavables).
Ambos modelos están homologados y han tenido que pasar dos tipos de pruebas de evaluación.
La primera, la de filtración, que nos dice cuantas partículas portadoras de virus son capaces de traspasar estas mascarillas. Las quirúrgicas apantallan al 95% de esas partículas y las higiénicas el 90%
La otra es la prueba de respirabilidad, que nos dice cuánto esfuerzo hacemos para respirar, que se mide en unidades de presión. Con las quirúrgicas se respira un poco más fácil.
¿Cómo lavar la mascarilla reutilizable?
Las mascarillas higiénicas reutilizables se pueden lavar de dos maneras. Puede ser metiéndolas en la lavadora, a 60 grados con el detergente habitual. "El detergente es el que se encarga de desactivar al virus, pero también hay que eliminar cualquier otro patógeno y materia orgánica que pueda quedar en la mascarilla", apunta la experta.
También pueden lavarse a mano utilizando lejía. La solución indicada es la de dos cucharadas soperas por litro de agua. Luego hay que lavarla bien con agua y jabón para quitar residuos de lejía y dejarla secar.
Bajo ningún concepto se debe meter la mascarilla en el horno o en el microondas para tratar de desinfectarla. "Te puedes cargar la mascarilla, puedes contaminar otros utensilios de cocina o puedes derretirla en el horno", indica García Bello.