La OMS pide a las farmacéuticas que emitan sus licencias sin exclusividad porque hacen falta más vacunas contra el coronavirus. Pero, ¿es liberar las patentes la solución a la pandemia?

"A mí no me acaba de convencer", afirma el divulgador científico Luis Quevedo, que ilustra su postura con este ejemplo: ¿si nos dieran un libro de recetas de un restaurante con estrella Michelín, seríamos capaces de reproducirlas en nuestra cocina?

Y es que, según explica en Más Vale Tarde, si las patentes fueran libres, quizá "podríamos fabricar más", pero la cuestión es "a qué precio".

"Para hacer las cosas que te puedes tomar en un restaurante maravilloso, tienes que tener experiencia", así como "una red de proveedores", ilustra el experto, que alerta de que están en juego "la calidad" y "la seguridad de las vacunas".

Así, apuesta por hacerlo con aquellas vacunas que no son de "alta cocina" -como las de ARN mensajero de Moderna o Pfizer, que además son las más caras- sino con "vacunas de tecnología conocida", como la de AstraZeneca, la Sputnik V, CanSino o la de Janssen, si finalmente es aprobada.

"Lo que tendría sentido es que forzáramos de manera legal a las farmacéuticas a liberar y hacer acuerdos de coproducción. Si no están ahí con su expertise, sus proveedores y su responsabilidad después, puede ser peor el remedio que la enfermedad", alerta.