"Se me despertó la helicobacter pylori y los dolores fueron tan fuertes que, a partir de ahí, ya no siento otros dolores", afirma Daniel Rus.

Los médicos dicen que esta ausencia de dolor se debe a los síntomas que vivió en el pasado, con otras afecciones. "El síndrome del dolor lo tengo sobreelevado. Para que sienta dolor, tiene que ser similar al que tuve cuando la bacteria me perforó el estómago", asegura.

Desde entonces, solo nota pinchazos o derivaciones muy leves cuando se rompe un hueso. "Si voy a urgencias es por intuición", señala. "Tuve una fractura de clavícula con la moto y cuando me la pusieron en el sitio yo quise seguir montando con la clavícula en ese estado", cuenta Rus.

Ha sufrido fracturas en dedos o subluxaciones de la clavícula sin sentir dolor alguno y relata que en una ocasión se rompió la falange primera de un dedo y que no se enteró hasta pasado un mes. "Hace unos días tuve que dejar de montar en bicicleta cuando vi que tenía las manos moradas, pero sin dolor", explica.

"Lo malo de esto es que puedes romperte una costilla y no enterarte. Te crees que solo es el golpe y en verdad lo que tienes es una fracturación que te puede perjudicar o perforar si está rota", sentencia.