Los colectivos naturistas lamentan que cada vez hay más personas con bañador invadiendo las playas nudistas. Desde la playa del Aiguadolç, en Vilanova i la Geltrú, Nuria Portí, presidenta de la asociación local de naturismo, denuncia que "en muchos espacios tradicionalmente considerados nudistas" en Cataluña se "está perdiendo de manera galopante lo que es el nudismo".

¿Por qué molesta la presencia de bañistas con ropa en estos arenales tradicionalmente nudistas? Para Portí, existen "muchos motivos", pero destaca el hecho de que "se ha requerido muchísimo tiempo, muchísimos esfuerzos para conseguir conquistar un espacio", por lo que, sostiene, "en el momento en que una persona entra en una playa de tradición nudista con bañador eso constituye una agresión".

"Si además las personas que llevan bañador se dedican a increpar, a hacerte sentir mal, entonces el problema se va agravando hasta llegar a puntos en que uno en una playa nudista se puede sentir completamente un extraño", incide. Como ejemplo, cuenta su propia experiencia hace dos años en la isla de Ons, en Galicia: "Me sentía realmente un bicho raro en una playa catalogada de tradición nudista", relata.

En este sentido, relata incidentes como haberse encontrado, mientras celebraban el día de la jardinería nudista, con que alguien les "estaba haciendo fotos como si fuéramos monos de feria", "miradas" o incluso "insultos contra el físico de las personas". "Para las mentes más cerradas, si uno no tiene un cuerpo normativo, no puede hacer nudismo", denuncia Portí, que reivindica que "es necesario que por parte de la Administración se defiendan los derechos de este colectivo, sin deteriorar los derechos de nadie".