Durante la celebración de la cumbre de la OTAN en la que se reúnen los presidentes de los países de la Alianza, como es habitual, tendrá lugar una 'agenda paralela' para los cónyuges de los líderes políticos. Es el denominado "programa para acompañantes" que en esta ocasión presidirá la reina Letizia.

Ella será la encargada de desarrollar las visitas culturales y sociales previstas junto a las primeras damas (esposas de los jefes de Estado), porque todas ellas son mujeres. Su primer cometido ha sido acompañar a Jill Biden, con un recibimiento en el Palacio de la Zarzuela, una reunión en el despacho de la reina Letizia y una visita a la sede de la Asociación Española contra el Cáncer.

La agenda paralela tendrá otros hitos, como una visita al Centro de Atención, Acogida y Derivación de Refugiados Ucranianos y una cena oficial en el Palacio Real este martes. Las actividades continuarán el miércoles, con una visita al Palacio Real de la Granja de San Ildefonso y la Real Fábrica de Cristales y un almuerzo en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. El jueves, esta agenda pasa por una visita al Teatro Real de Madrid.

En Más Vale Tarde han hecho una comparación con cumbres internacionales celebradas en otros países y en otros momentos: la presencia de líderes era también mayoritariamente masculina, mientras que las mujeres protagonizaban ese "programa para acompañantes".

Por ejemplo, la cumbre del G20 en Osaka, Japón, celebrada en junio de 2019. Entonces, las parejas de los líderes dedicaron una visita a echar comida a los peces en un estanque. Entre todas las mujeres había solo un hombre, el marido de Theresa May.

En la Cumbre del G-7, celebrada en 2019 en Biarritz, Francia, las parejas de los líderes, todas mujeres, se fueron a comprar alpargatas. Y otro ejemplo, la cumbre de la OTAN celebrada en 2017 en Bruselas, Bélgica, donde se repetía la misma escena: todo mujeres a excepción del marido del primer ministro de Luxemburgo.