El cura acusado de agresiones sexuales a varias mujeresdenunció ante la Policía a su novia por robar material informático de su domicilioy la acusó de actuar por "despecho" tan solo cinco días antes de su detención por las violaciones. Se trata de la misma mujer que inició la denuncia, primero ante las autoridades eclesiásticas, y después ante la Policía a Francisco Javier Cuenca. Ella presentó vídeos probatorios de cómo sedaba y agredía sexualmente a sus víctimas.
Según ha adelantado 'Diario Sur', el sacerdote denunció a principios de septiembre a la que por entonces era su pareja por la sustracción de un disco duro y de 3.000 euros. Para los investigadores, tal como señala el medio, esta denuncia fue clave porque supone reconocer que las imágenes que aportó su pareja eran suyas. No solo eso, sino que admitió que había mantenido una relación con la denunciante, pero que quería romper con ella. Por eso, la acusó de actuar por despecho.
Algo que también señala al papel que ha jugado el Obispado de Málaga ante las agresiones sexuales del cura detenido en Vélez-Málaga. Según ha podido confirmar laSexta, en enero la novia de ese cura denunció ante el máximo responsable del obispado de Málaga en Melilla presentando esas imágenes de las agresiones sexuales.
No se aplicó un protocolo ni hubo una denuncia por parte de estas autoridades, pero en ese mismo mes, casualmente, el cura fue trasladado a otra iglesia. Y no ha sido hasta este martes cuando el Obispado le ha retirado las licencias para impedirle que ejerza. Aunque siguen eludiendo responsabilidades, ya han empezado a contradecirse.
El portavoz del obispado de Málaga, Antonio Moreno, que aseguraba en Más Vale Tarde que se habían enterado de todo este mismo lunes, ha admitido este martes que en agosto la mujer les habló de esas imágenes. Lejos de actuar, se limitaron a recomendarle que fuera a la Policía a denunciar. El Obispado de Málaga no solo se contradice, sino que estaría incumpliendo los protocolos de la Iglesias.