Beyoncé hacía vibrar el Estadio Olímpico de Barcelona este jueves con su Renaissance World Tour, en el que deleitó a sus fans con un espectáculo subida a un caballo de Swarovski y también regaló toallas sudadas a sus fans al terminar el espectáculo.

Pero "toda buena diva tiene sus excentricidades", informa María Lamela. Entre ellas están pedir tres camerinos recubiertos con telas de teciopelo blanco y mobiliario blanco. Uno para su descanso, otro para su hija y otro para maquillaje y peluquería. En ellos también pide que haya orquídeas blancas en jarrón transparente, unas palmeras kentia en maceta blanca y ensalada con salsa de tabasco.

A esto se suma que exige cubitos de "hielo tallados a mano para chuparlos, papel higiénicoo rojo y, por último, un vestidor a 22ºC para sus outfits", asegura la colaboradora. "Me cuesta creer que haya gente tan sumamente gilipollas", espeta Cristina Pardo, que recuerda que Beyoncé hubo "algún momento en el que fue normal, no una diva internacional".