Un brasero eléctrico tradicional puede llegar a alcanzar los 300 grados de temperatura, explica Manuel Amate, experto en Energía, en Más Vale Tarde. "Eso es fuego", añade al mismo tiempo que explica que si se deja un papel cinco minutos sobre una de estas estufas ya empieza a salir humo.

Al no tener termostato de seguridad ni disco que contiene resistencia, saldrá ardiendo. "No tiene la tecnología suficiente para apagarse él solo", advierte.

Del mismo modo, explica que siempre que se vea una estufa sin resistencia ni dispositivo de seguridad no hay que comprarla. En el caso de la estufa debe cumplir la conformidad europea, tenga sellos de calidad y sea de un fabricante de confianza.

Así, recuerda que las estufas son sistemas muy vulnerables con las que hay que tener cuidado. También hay que conectar directamente el equipo al enchufe sin conectarlo a una regleta tradicional.

Eso sí, en cualquier caso nunca hay que dejar conectados estos dispositivos de noche ni cuando nos vamos de casa.