El palacio de La Angorrilla, donde el rey Juan Carlos I se reunió durante años de manera habitual con su amante, Corinna Larsen, estaría lejos de ser una casa lujosa, según apunta 'OKdiario', que ha revelado algunas fotografías del enigmático inmueble.

Era en realidad una antigua casa de caza de Franco en los años 60, con decoración rústica y sencilla y ubicado en pleno Monte de El Pardo. La vivienda contaría con una piscina hinchable, barbacoa portátil, no dispondría de agua caliente y la cocina habría sido un regalo del propietario de la cadena VIPS.

Como apunta el periodista Manuel Cerdán, del citado medio, "parece más bien un apartamento playero de los años 90", algo que le lleva a pensar que el rey emérito estaría "muy enamorado para vivir en un nidito de amor tan frío".

El diario también revela que la pareja no vivió allí durante cuatro años, sino que se habrían visto en encuentros intermitentes entre 2008 y 2011. Igual que no vivieron a cuerpo de rey. Todo ello habría sido un montaje de Inteligencia para tratar de desprestigiar a Corinna, y así lo defendió ella misma en una entrevista en 2020: "Lo del palacio de La Angorrilla es una de las mayores leyendas que se han inventado en España jamás. Estaba un tanto ruinoso, era pequeña, con tres habitaciones, sumamente sencilla. Llamarlo palacio es engañar al público cuando era prácticamente como estar haciendo acampada".