La cuarta sesión del juicio contra Francisco Martínez Almeida, quienagredió sexualmentey asesinó al niño Álex, de nueve años, ha dejado claro dos cosas. El asesino era consciente de lo que hacía. No padece ninguna alteración mental ni psicológica, tal y como refleja el informe psiquiátrico. Es decir, actuó en todo momento buscando su placer y satisfacción.

Los agentes de Criminalística, que participaron en la investigación, han relatado cómo el que se considera lugar de los hechos, el domicilio de Almeida, presentaba múltiples huellas tanto del niño como del acusado, sobre todo en la estancia que representa la entrada, salón y cocina. En el dormitorio había pelos de la peluca que, ese día, llevaba el niño al estar disfrazado para la fiesta de Hallowen. Además, había unas mallas, de la talla de su edad, que habían sido, "probablemente" arrancadas por cómo estaba la goma.

En la sesión de este jueves ha comparecido también la psiquiatra que realizó el examen pericial cuando el acusado llegó a la cárcel de Segovia. Almeida les decía que no recordaba nada, pero lo decía con respuestas "poco elaboradas" y sin presentar intranquilidad, lo cual es contrario a la actitud de una persona que no recuerda qué le ha ocurrido. "No sé, no me acuerdo", decía. La psiquiatra ha relatado cómo esa noche, tras su detención al encontrarle la policía con el niño muerto en brazos, Almeida pidió un médico y recordó que tenía que tomarse las pastillas de la hipertensión. En el informe que se le hizo esa noche, y al que ha tenido acceso esta psiquiatra, también se refleja que refirió tener dolor en un costado por una patada.

Todo esto supone, ha explicado, tener consciencia de uno mismo y querer cuidarse. Además, se vio que no estaba bajo los efectos del consumo del alcohol. En la exploración se indicó que no tenía alteraciones en las funciones: Almeida "recuerda, entiende y comprende". El informe psiquiátrico descartó alteraciones en la memoria y la consciencia de Almeida. También, que "conoce la ilicitud del hecho, se mueve por sus deseos, su voluntad y su convicción".