La extenista Arantxa Sánchez Vicario estuvo bajo amenaza de secuestro entre los años 2001 y 2002. Su padre, Emilio Sánchez, recibió a finales de 2001 una llamada en la que le pedían 500 millones de pesetas (3 millones de euros) a cambio, según ha informado en exclusiva 'La Vanguardia'.

En la llamada, al padre le pidieron que pague esa cantidad de dinero o secuestrarán a su hija. Pasaron unos meses después de esta amenaza y Emilio Sánchez volvió a recibir un sobre con matasellos desde Bogotá (Colombia). El paquete contenía fotografías de Arantxa en distintas situaciones. Había imágenes de ella con sus padres, con su entrenador y sola paseando por la calle.

En ese momento, fue cuando el padre empezó a tener miedo al darse cuenta que había gente siguiendo a su hija, que conocía su dirección y se sabe los números de teléfono. Por eso, Emilio denunció ante la Policía Nacional estas amenazas, y después de eso, parece que se acabó.

Andrés Guerra, periodista de 'La Vanguardia' y autor de la exclusiva, ha señalado en Más Vale Tarde este jueves que al principio Emilio Sánchez no tomó en serio las amenazas porque ya había recibido algunas llamadas parecidas. Pero le mosqueaba que tuvieran su número de teléfono porque él no era tan conocido.

Sin embargo, tiempo después, en abril de 2002, sí que siente miedo tras recibir en el domicilio antiguo un paquete enviado por FedEx. "Aquí nos divertimos todos y más adelante ya hablaremos de lo que le va a costar. Hasta luego, Sánchez", se leía en la nota que acompañaba el sobre.

La fuente de Guerra le ha explicado que el caso se llegó a investigar desde lo más alto del gobierno hacia abajo en varios estratos, pero a lo más alto nivel. Después, se hizo con la denuncia la brigada de homicidios. Tras esto, no volvió a recibir ninguna amenaza y se quedó como un misterio sin resolver.