La princesa Leonor ha disfrutado de una noche de fiesta junto a sus amigas en una discoteca de Madrid. Una información "muy relevante" que no se tenía que filtrar, tal y como explican en Más Vale Sábado. Y, es que, "todas las personas que iban a atenderla en esa discoteca se vieron obligadas a firmar un contrato de confidencialidad", informa Karmele Izaguirre a sus compañeros.

Según explica, "alguien cercano a Leonor llamó para avisar de que iba a ir a un reservado una noche con unos amigos para tomar unas copas".

Un hecho con el que María Eugenia Yagüe no está muy de acuerdo: "¿No queremos normalidad para la familia real? Pues una niña de esa edad no tiene por qué ir a un reservado, se va a una pista a moverse delante de todo el mundo". Y se muestra contundente: "Será una desgraciada si toda su vida es a base de contrato y oscurantismos".