Las patrullas ciudadanas avisan a gritos la presencia de carteristas para evitar que campen a sus anchas en zonas de mucha gente, como el metro de Barcelona y Madrid. Se ayudan de un pito, que se cuelgan del cuello. También llevan uniforme y gorra.

"El silbato es nuestro gran aliado", reconoce una mujer de la patrulla ciudadana de Barcelona. Ciudades como la capital condal o Madrid son la mina de oro para estos delincuentes por el tráfico de turistas.

"Están más despistados", asegura una voluntaria. Los miembros de la patrulla consiguen sorprenderlos en plena acción, como puede verse en el vídeo de portada. Se enfrentan a ellos y consiguen expulsarlos, aunque algunos de ellos reaccionan violentamente cuando son pillados.