Esta semana, Jordi Évole estrena 'Hijos de la guerra', una nueva entrega de su programa donde muestra las cicatrices que deja la guerra a los niños que la han sufrido.

Así, habla con Teresa, una de los miles de niñas y niños que durante la Guerra Civil española pudieron abandonar el país para instalarse en la entonces Unión Soviética. Una vez allí, estalló la II Guerra Mundial y sufrió uno de sus episodios más crudos: el sitio de Leningrado.

Ahora, con 95 años, Teresa recuerda cómo lo vivió: "Yo iba por las casas a sacar a los muertos porque a lo mejor una persona estaba con un muerto en la cama y me decía 'Vaya con cuidado, no lo despierte'. Se trastornaba la gente".

Teresa confiesa en este vídeo a Jordi Évole que a los muertos los sacaban a rastras de las casas porque no tenían fuerzas: "Comíamos sopas de cinturones".

Este domingo, el reportaje completo en Lo de Évole, a las 21:25 horas en laSexta.

"La guerra me robó la juventud y la esperanza"