Adolfo 'Fito' Strauch Urioste, Daniel Fernández Strauch y Eduardo Strauch Urioste se sinceran con Jordi Évole como nunca antes lo habían hecho sobre los 72 días que pasaron en los Andes, en los que formaron la denominada por ellos mismos como la 'sociedad de la nieve'. Los primos Strauch responden a Évole a todas las cuestiones que hace el periodista con la mayor sinceridad, desde los detalles más simples hasta los más duros.

Así, los primos Strauch comienzan contando cómo fue el momento del accidente de avión y su primera noche atrapados en la montaña. "El miedo era que la gente se durmiera y se congelara, por lo que gritábamos los nombres para comprobar que estábamos vivos", recuerda 'Fito' Strauch.

Hablan sobre el el canibalismo en los Andes

Tras pasar unos días comiendo tan solo "una chocolatina, una galletita y un mejillón", se acabó el poco alimento que tenían, y fue entonces cuando 'Fito', durante una noche, tuvo una idea por la que pensó que se había vuelto "medio loco". Sin embargo, al comentarlo al día siguiente con Daniel, este reconoció que él había pensado lo mismo. Y pese a que en un principios supuso "un conflicto interno" en el grupo, finalmente la gran mayoría estuvo de acuerdo en que tenían que comer carne humana si querían sobrevivir.

'Fito': "Cogí un vidrio, corté una nalga y lo probé"

Eduardo Strauch reconoce ante Jordi Évole que "costó convencer a muchos" de que comieran carne humana para sobrevivir tras el accidente en los Andes. "Pero fue muy conmovedor porque nos ofrecimos unos a otros", recuerda, algo que 'Fito' Strauch destaca que "fue algo muy importante".

"Tú cuando vas a tomar un cuerpo, no le pediste permiso de si podías alimentarte de ese cuerpo, y eso era un tabú que nos dolía a nosotros", reconoce 'Fito' quien cuenta que "para sentir un poco esa aprobación" decidieron agarrarse de las manos "cinco o seis" y dijeron que se ofrecían si llegaban a morir para que usaran su cuerpo.

Así, 'Fito' relata cómo salió fuera del avión, cogió "un vidrio de una botella" y fue a un cuerpo que no sabía de quién era, "porque estaba bocabajo". " Corté la piel de la nalga, y ahí probamos ", recuerda, a lo que añade que para "quitar importancia" a la situación, les dijo a sus compañeros que sabía "como jamón crudo sin sal".

Eduardo Strauch: "A los pocos días era como comer pollo"

Eduardo Strauch destaca al respecto que "lo increíble del ser humano es que a los pocos días era como comer pollo". "Yo no tuve ningún problema porque la mente se bloqueó. Si no, hubiéramos enloquecido", expresa Eduardo.

Así consiguieron que comieran los que se negaban

Adolfo 'Fito' Strauch Urioste cuenta a Jordi Évole cómo consiguieron que aquellos supervivientes de los Andes que se negaban a comer carne humana lo hicieran: "Hubo algo muy bueno que pasó sobre el día 14, que se le ocurrió a Marcelo, y es que para que comieran los que no querían, agarramos una chapa de aluminio del respaldo de los asientos, rompimos un cajón de madera de Coca Cola, y con eso hicimos un fueguito". "Así, cortamos una cantidad de trozos y se hicieron a la plancha, y todos los que no habían podido comer, comieron un churrasquito, y fue mucho mejor", recuerda 'Fito'.

A los 19 días, un alud dejó sepultados bajo la nieve a los supervivientes de los Andes durante varios días. Sobre aquello recuerdan en especial un momento "horroroso" en el que una persona decidió "abrir un cuerpo delante de todos". Además sobre el alud también señalan que hubiesen muerto ahogados si no les hubiera dado por encender un mechero para iluminar, y ver que este se apagaba, lo que les hizo darse cuenta que no había oxígeno.

El humor negro que había entre los supervivientes

Los Strauch cuentan a Évole que lo que había en la montaña era "generalmente silencio". "Se hablaba poco. Es como vivir en un cementerio, y el cementerio no te da para mucho chiste", expresa al respecto 'Fito' Strauch, a lo que añade que estaban "muertos de hambre" y estaban junto "a los muertos". Sin embargo, sí que tenían algún "momento para el humor" en mitad de la montaña: "El humor era apostar por quién se iba a morir primero", reconoce Daniel.

El síndrome de Estocolmo de algunos de los supervivientes

Pese a que el momento en el que fueron rescatados fue de "absoluta" felicidad, Eduardo reconoce que sintieron "nostalgia". "Es rarísmo porque empecé un periodo largo de felicidad absoluta, pero sentía nostalgia por todo lo que dejamos. Creamos una sociedad de la nada y mi mente nunca fue tan libre como allí", expresa.

"Diez años después del accidente me llamó uno de los supervivientes y me dijo que daría cualquier cosa por estar una noche más allá arriba. Yo le dije que estaba loco, pero él quería sentir ese estado de comunicación y de integración que sentimos ahí", cuenta, por su parte, 'Fito', a lo que Évole les pregunta a los primos Strauch si "hay síndrome de Estocolmo" y Eduardo reconoce que "puede haber". "Nosotros vivimos los momentos más intensos de nuestra vida, de felicidad, de sufrimiento, de conocernos a nosotros mismos y muchas cosas muy positivas", subraya al respecto.