Nacho Vidal ha contado a Jordi Évole cómo se dio el ritual del sapo bufo que tuvo lugar en su casa y que acabó con la muerte del fotógrafo José Luis Abad. El actor cuenta que hay un momento en el que Abad cae al suelo, entrando "en una catársis" y dejando de respirar.

Tras llevar a cabo labores de reanimación, Abad "revive", comenzando a moverse. Después vuelve a tumbarse boca abajo, "respirando tranquilo", dejando de respirar al poco tiempo. Fue entonces cuando llamó a una ambulancia, retomando las labores de reanimación.

Cuando llega la Policía, le dicen: "Nacho, déjalo, está muerto". "Le digo: 'Si vienes a ayudarme, te quedas. Si vienes a tocarme los huevos, te vas. Este no se muere'", recuerda, momento en el que el agente se puso con él a intentar reanimar al fotógrafo.

Cuando le dieron clínicamente por muerto, Nacho Vidal se dijo a sí mismo que tocaba asumir la responsabilidad de lo ocurrido. "Lo tengo como dejado porque soy muy resiliente, pero cada vez que me acuerdo de la situación, de estar solo con él... Me di cuenta de la resistencia que tengo, porque fue muy fuerte ver a esa persona que se está yendo y está en tus manos", lamenta.