A Morad le separaron de su madre cuando él solo tenía 12 años. Ella perdió su custodia y al estar en el centro de menores, el cantante confiesa que se escapaba para verla. Todos estos años en los que estuvieron separados, Morad no se los perdona a nadie. Aún recuerda la rabia que acumuló por ello y este es el motivo por el que ahora aprovecha para disfrutar tiempo con su madre, a quien admira y de la que, según desvela a Jordi Évole, "está enamorado".

Cuando Morad llega a casa, su madre tiene listos los picantones para comer: "Te los iba a rellenar de carne picada, pero pensé que no te gustarían". Y como su hijo tenía dolor de pecho, ella pensó en echar ajo para remediarlo.

Como si las cámaras hubiesen desaparecido del salón principal, ambos se comportan con total naturalidad y dejan ver en este vídeo una de las escenas más íntimas. Después de todo el estrés de los conciertos, de escuchar su nombre en varias voces, de pasear entre mucha gente que le conoce, y con problemas con la justicia aún sin resolver, Morad busca cobijo entre los brazos de su madre. Se tumba sobre sus piernas y su madre intenta tranquilizarle: "Ven algún día a pasar la noche con nosotros".

"Solo tienes 22 años", le dice su madre, preocupada, mientras mueve los dedos sobre su cabeza. Gracias al éxito de Morad, su familia puede vivir mejor, antes su madre estaba de okupa en la casa: "A veces pienso que todo esto no vale la pena, pero si no fuera por esto...", le dice acariciándole.

Morad recuerda cuando entró en el centro de menores