Juan Ignacio Delgado se esconde tras la máscara de Ignatius Farray, un cómico histriónico y descarado que es referente del humor para las nuevas generaciones, aunque su histrionismo y la lucidez de algunas de sus reflexiones, a veces asusten: "Lo contrario de la risa no es el llanto: lo contrario de la risa es el miedo. Así que pasar de la risa al miedo es más fácil de lo que parece", reflexiona el humorista en esta entrevista.
Por sentencias como esta sus seguidores, que son legión, prefieren pensar en él como un filósofo. Y es verdad que Farray trufa la conversación con Jordi Évole de reflexiones sobre la vida, el ser humano o la sociedad. Reflexiones de las que nadie está a salvo, como cuando tilda a la izquierda política de puritana: "la izquierda se piensa demasiado si hay que reírse o no de algo. Y cuando se atreve, ya ha pasado la oportunidad". O cuando acusa a la derecha de haberse apropiado de la transgresión: "El punky se lo ha robado la derecha, porque tiene esa desfachatez. Trump, Bolsonaro o Ayuso juegan a hacerse el antisistema, a hacerse las víctimas, porque estratégicamente eso les hace ganar elecciones".
Farray ha hecho de su habilidad para escandalizar su seña de identidad humorística. Contra todo pronóstico, quién acabará más perturbado esta edición de Lo de Évole será el entrevistado y no el entrevistador.
Del 'underground' al 'mainstream'
Sus comienzos coincidieron con los del boom de la comedia en España, cuando los monólogos se habían puesto de moda en Madrid y todos los días había actuaciones en un par de locales de la ciudad. Pero, por mucho que le encanten los márgenes y se prodigue en contar miserias, Ignatius ha acabado colándose en el entorno mainstream.
El reconocimiento del gran público le llega con La vida moderna, que presentó junto a David Broncano y Héctor de Miguel (Quequé) en la Cadena SER durante ocho años. Con sus emisiones en directo llenaron estadios –el Wizink Center o el Kuursal. En 2018 el programa recibió el premio Ondas a Mejor Programa de Radio y en 2014 fue nominado a los prestigiosos Emmy de televisión como coautor de la serie El fin de la comedia (2014).
Pese al éxito, Ignatius ha construido su personaje sobre sus fracasos, de los que habla abiertamente con Jordi Évole: sus problemas de salud mental, inseguridad combinada con narcisismo. la preocupación extrema e irracional por la opinión de los demás, el alcoholismo, la adicción a la pornografía, etc.
Pero el cómico más salvaje es, también, una persona educada, quebradiza, débil, que le hace andar por la vida y por las entrevistas justificándose y pidiendo disculpas por ser un impostor. De todo ello Farray hace materia humorística.
En 'Lo de Évole' escuchamos cómo David Broncano dice de él que "antepone la comedia y su vocación a su bienestar personal. Lo cual es maravilloso para sus seguidores y para Ignatius el cómico; y no es tan bueno para Juan Ignacio Delgado". Los también cómicos José Mota o Inés Hernand participan también en el programa, así como la periodista y directora de El País Pepa Bueno.
Final de temporada
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Albert Pla confiesa que comenzó a cantar porque quería hacer canciones "para explicar cosas que no escuchaba en las canciones, coger imágenes que no deberían ser pero que son y llevar al límite sensaciones".