Dioni se define en su cuenta de Twitter como "gitano, inculto, analfabeto, criado en chabolas" que se buscó la vida en mercadillos. En esa chabola, que no tenía ni siquiera agua corriente, había un comedor, una cocina y acabó siendo derruida en 1982, el año del Mundial de España, cuando le dieron un piso en San Cristóbal (Madrid).

"Nos tuvimos que levantar temprano, guardar los bártulos... Nos dio mucha pena. Esa imagen la tengo todavía, cuando tiraron la casa", reconoce. En el piso, Dioni considera que estaban ante "un lujo" y "un privilegio". Cuando se trasladaron a este piso, sufrieron manifestaciones frente al bloque en el que vivían, algo que no les impidió establecer buenas relaciones con los vecinos.

En el mercadillo vendía mercancía desde los 6 años, donde ya tenía su "clientela", algo que sorprende a Jordi Évole. "Yo también iba al cole entonces hasta sexto. Ahí lo tuve que dejar porque mi hermana se quedó embarazada", explica.