"Era como una trilogía", recuerda Ignatius Farray, que recuerda así sus adicciones: "Alcohol, cigarrillos y pornografía". "Eso se convertía en una especie de triángulo del que no salía", relata en Lo de Évole.

"La adicción al porno es no poder dejar de ver porno, mientras estás borracho y fumando y pasan las horas y los días", ahonda el cómico, que agrega: "Yo me he hecho pajas que han durado un fin de semana". "Te estás haciendo una paja viendo porno, del agotamiento que te da te entra sueño, duermes un poco, vuelves a despertarte, sigues masturbándote...", precisa Ignatius, que explica que de esta forma "creas una especie de hábito" donde "una cosa refuerza la otra y literalmente es un círculo vicioso".

Una situación que, cuenta, le llevó a un aislamiento absoluto: "Sientes tanta vergüenza que tú por supuesto no quieres ningún trato social en esos momentos", recuerda. Puedes escuchar el relato de Ignatius sobre sus adicciones en el vídeo que ilustra estas líneas.

"Encontré el refugio cobarde de la bebida"

Durante la entrevista con Évole, Ignatius relata cómo buscó refugio en la bebida ante la ansiedad que sentía antes de actuar: "Caí en el alcoholismo. Mi psiquiatra me decía que no consideraba que mi problema fuera propiamente de alcoholismo, sino de ansiedad, de compulsividad", recuerda el cómico.

Asimismo, explica la manera en que le afectó el entorno en que se movía para sus shows: "Una cosa lleva a la otra, entonces vas muy a tumba abierta, muy a lo loco", rememora Ignatius, que describe aquella situación como "un pozo sin fondo". "Fue una rueda que me fue pasando por encima", le dice a Évole.