Llegaron a Barcelona rodeados de polémica. Los pisos colmena, habitáculos de menos de tres metros cuadrados levantaron a Ayuntamiento y plataformas vecinales contra lo que consideran "viviendas indignas".

Ahora, los pisos colmena llegan a Madrid. La empresa anuncia la apertura de diez colmenas con capacidad para más de 1.000 personas, repartidas por el centro y alrededores, diez colmenas de las cuales una, la de Vallecas, ya ha sido clausurada por el Ayuntamiento de Madrid.

De las nueve restantes, la de Vicálvaro está a punto, dicen, de abrir sus puertas. Toni es uno de sus próximos inquilinos. Vino desde Venezuela por la situación en su país y acaba de dejar la habitación que tenía alquilada en Madrid. El retraso en la apertura del piso colmena le ha dejado en el limbo: "Tenía que entrar el 1 de febrero, pero por unos problemas, tengo que ir de hostal en hostal".

El precio de una habitación en Madrid era demasiado alto: "Pagaba 365 euros, más una fianza de 280, más gastos". Ahora tiene reservada en la colmena una plaza doble, para él y su pareja, por la que pagarán 315 euros sin condiciones de entrada. No tendrá que pagar fianza, pues según dice, "el único requisito que piden es que sean personas responsables, educadas y limpias".

Toni explica el motivo que le llevó a tomar la decisión de vivir en un piso colmena: "Tengo trabajos esporádicos y gano al mes unos 500 euros", afirma Toni, reconociendo que no es suficiente para un alquiler en la capital: "Para vivir en una habitación aquí en Madrid, te quedas sin un duro".

Además, describe cómo es el piso colmena en el que espera vivir: "Uno de los espacios más grandes que tienen son las áreas comunes". Sin embargo, no se puede decir lo mismo del habitáculo para dormir. Las medidas de los más grandes (para parejas) son de dos metros de ancho y 2,80 de largo. "Son un cubículo. El más grade es el de pareja", aclara Toni, que vivirá en uno para dos personas.

En la colmena serán, aproximadamente, unas 30 o 40 personas. "No se ve para nada deprimente como sus detractores dicen", afirma el hombre en defensa de las colmenas. Será "infravivienda", dice, pero la considera una opción muy digna: "Para vivir en la calle prefiero estar en una colmena. A parte, todo está limpio y ordenado. Es como si fuera un hotel pero en cubículo".

Lo dice además por su experiencia, pues ha estado en sitios peores: "He estado en hostales donde tengo que compartir la habitación con 20 personas. Son de seis, siete u ocho literas".

Tras cerrar la colmena de Vallecas, el Ayuntamiento de Madrid ha advertido a la empresa: nunca autorizará la apertura de las colmenas.