Para realizar nuestro experimento, Enrique Serrano, experto en ciberseguridad nos ayuda a crear una aplicación espía para hackear un móvil.

Le pedimos entonces a una compañera que se la descargue. Ella solo tiene que hacerse un selfie y la aplicación le pide permiso para acceder a su cámara, a Internet y a su localización.

"Lo que he preparado es una aplicación que, aparentemente, es un concurso para hacerte un selfie y, por lo tanto el permiso de la cámara tiene sentido, pero lo que no sabe la víctima es que esta aplicación, cuando la cierres, se va a autogenerar o autoabrir automáticamente", explica Enrique Serrano.

A la pregunta de si esto es legal, la respuesta es 'sí' porque, como cuenta Serrano, experto en ciberseguridad, "al fin y al cabo das el permiso para que usen tu cámara".

La aplicación hace fotos cada pocos segundos sin que ella lo sepa. Ni siquiera tiene la aplicación abierta, porque Enrique Serrano le ha ordenado a la aplicación haga las fotos cada 10 o 20 segundos. También nos llega información de su ubicación. Sabemos dónde está en cada momento.

Y a la pregunta de para qué se usa toda la información que almacenan algunas aplicaciones, Enrique Serrano cuenta que el objetivo es "vender los datos personales con fines publicitarios, big data, analíticas o estudios de comportamientos de la gente".