Las ventas de ansiolíticos y antidepresivos han aumentado un 15% en el mercado legal, pero España sigue siendo el tercer país de la Unión Europea que más se automedica, y quienes no tienen receta acuden al mercado negro.

El equipo de Liarla Pardo ha querido averiguar cómo funciona este mercado ilegal. Navegando en Internet fácilmente se encuentran varias webs que ofrecen todo tipo de ansiolíticos, tiendas que se hacen pasar por farmacias pero no lo son.

Después, han hecho un pedido, y nos garantizan un envío discreto con productos que vienen de Europa.

Preguntando a la Policía Nacional, el inspector jefe de Consumo explica a Liarla Pardo que son productos peligrosos que crean tolerancia y dependencia. "No es tanto el daño económico sino el peligro para la salud. Podemos estar tomando una dosis enorme".

El inspector añade que "la estafa es lo de menos", ya que los productos que adquirimos a través de estas web "nos pueden llegar a matar".

Cada semana, la policía clausura decenas de estas paginas. Pero Internet es inabarcable y los precios disparatados: llega a valer cientos de euros lo que en una farmacia, de forma legal y con recta, cuesta uno.

Además, en una de las páginas en la que el equipo hace compra, el vendedor explica que la puede partir a la mitad. La Policía advierte que con esta práctica ya no sabes qué pastilla te estás tomando. Esto supone un delito contra la salud pública.

El día en el que la periodista Inés Paz queda con el vendedor decide revelarle que se trata de un reportaje de investigación. El hombre trata de justificare y explica que vende a personas de mucha confianza, asegurando que es psicólogo y psiquiatra y que tiene "un plan bien hecho".

Por último, y a la pregunta de dónde consigue las pastillas, el hombre explica que muchas las consigue de un hospital donde tiene conocidos. Estos le dan la recetas o incluso el propio medicamento.