Liarla Pardo se desplaza hasta la residencia de Modesta, una mujer de 85 años cuyo novio, Tomás, de 81, la visita todos los días dos veces. "Por la mañana y por la tarde", afirma ella orgullosa.

Eso sí, la crisis del coronavirus ha hecho que esta pareja de novios no se pueda ni abrazar. Y es que para evitar posibles contagios, Tomás y Modesta se tienen que conformar con verse a través de un cristal y hablar por medio de una llamada telefónica de la que es testigo las cámara de Liarla Pardo.

Ambos viudos, se conocieron hace diez años en un baile. "Sabe muy bien bailar", afirma un emocionado Tomás con los ojos húmedos: "La quiero mucho, las cosas como son, después de mi mujer ella me ha atendido mucho". Por su parte, Modesta destaca la buena relación que existe entre sus hijos y su novio: "Él se lleva muy bien con ellos y ellos con él también".

Esta romántica historia emociona incluso a los colaboradores en el plató de Liarla Pardo, desde donde Cristina Pardo reflexiona sobre el amor: "Todos querríamos que alguien llore de emoción cuando hable de nosotros".