Miguel Rabaneda tiene claro que sus hijos necesitan un horario muy parecido al que hacen en el colegio porque no se sabe cuánto va a durar la cuarenta. Su hijo le cuenta lo que ha pensado: "30 minutos de deberes y los martes, miércoles y viernes descansamos y los sábados y domingos, obviamente". Por su parte, su hija pequeña lo tiene claro. Ella opta por "patio toda la semana".

Sin embargo, no dedican todo el tiempo a hacer deberes, sino que también disfrutan del tiempo libre haciendo, por ejemplo, videollamadas con su abuela. "¿Quieres un dibujo? Ya casi te lo he hecho", le dice la niña a su abuela.

La madre de los dos niños es sanitaria y, por eso, cuentan los niños recibe muchos aplausos por su trabajo. Sin embargo, cuando llegan a casa, no se abrazan, ya que hay que evitar el contacto físico, sino que comen, y a media tarde, disfrutan del tiempo libre cantando, pintando y jugando con sus padres.

Además, tal y como recuerda Miguel Rabaneda, "en esta situación, mantenerse en forma es vital" y, por eso, hacen gimnasia en casa con una monitora muy especial: su hija pequeña. Más tarde, llega la hora de los aplausos, la de los niños y los sanitarios. Y los niños, aunque dicen que llevan más de medio mes sin ir a colegio y echan "mucho de menos" a sus amigos, aplauden por las personas que, como su madre, están haciendo una labor tan importante.