“La tortilla francesa me parece un plato diez”, afirma el popular cocinero Karlos Arguiñano, que de platos sabe un rato. En su cocina, enseña a Cristina Pardo cómo hacer este plato.

Su elaboración requiere de pocos elementos: una sartén pequeña, una gota de aceite (“como una cucharadilla de café”), un cuenco, un tenedor, dos huevos y sal.

En el cuenco se echan los dos huevos y una pizca de sal, batiéndose todo con el tenedor. “El fuego tiene que estar calentito, más que templado”, añade Arguiñano.

Al principio, asegura Arguiñano que hay que remover un poco con el tenedor a fuego medio-fuerte. Cuando ha cuajado un poco, inclinamos la sarten y volcamos un lateral sobre el resto de la tortilla, dando varios golpes al mango de la sarten con el puño para que coja la forma.

El resultado es una tortilla, como dice el propio Arguiñano, “diez”.

Mientras lleva a cabo la elaboración, el cocinero revela que hay gente que ahora cocina y que antes del confinamiento no, personas que le agradecen por la calle sus enseñanzas.

“Las informaciones son tan constantes, tan al minuto, todo el mundo ha estado venga, y venga, y venga... y la gente se acongoja. A mí me parece que los medios eráis demasiado pesados. Cada hora, cada media hora información”, comenta a Pardo.