Después de que una paciente de 80 años con una enfermedad sin remedio y unos dolores terribles llegara a su consulta y la familia de esta mujer le pidiera que acabara con el sufrimiento, el médico Marcos Ariel Hourmann determinó que le quedaba poco tiempo de vida y tomó la decisión de acabar con ese sufrimiento administrándole cloruro de potasio.

La familia no le denunció pero sí lo hizo el hospital. Él fue acusado de homicidio, pero llegó a un acuerdo con la Fiscalía para no ingresar en prisión. Se fue a trabajar a Inglaterra, descubrieron su historia, fue llamado "el doctor asesino" y ahora él trabaja en un centro pequeño.

Marcos Ariel Hourmann ha dicho en Liarla Pardo que "el caso de María José es un canto a la libertad y a no esconderse". Además, ha añadido que "la gente no se esconde" para finalmente lograr "que las familias no tengan que ser perseguidas".

Además, Ariel Hourmann, ha destacado que "hay pacientes que se consideran a sí mismos muertos en vida" y que es precisamente en estos casos cuando "se salva del sufrimiento".