A veces, cuando alguien fallece y no deja herencia a nadie sus bienes quedan en una especie de limbo. Es lo que le ocurrió a Obdulia, que falleció hace 12 años, dejando una casa vacía. Allí entraron okupas que empezaron a dar problemas, así que cuando consiguieron desalojarles del edificio el Grupo Hereda cogió el caso para investigar su herencia.

La empresa hace de "caza herencias", se encarga de rastrear testamentos por todo el mundo, buscando a herederos y quedándose con parte de estos bienes. Entre los casi diez herederos de Obdulia, la empresa contactó con Olga y su familia, que han recibido un dinero que les ha dado para "tapar agujeros". Grupo Herencia cuenta que la mayor herencia que han recuperado es un bloque de edificios enteros en la calle Alcalá con solo dos herederos. En este reportaje, Inés Paz, se analiza más afondo en que consisten estas herencias por sorpresa.