El ministerio de Educación y FP ha dejado en manos de las comunidades autónomas decidir si un alumno puede pasar de curso sin límite de asignaturas suspensas. Pablo Poó, profesor de Lengua, ha explicado su visión en Liarla Pardo.

"El plan pretende sustituir a los profesores por máquinas expendedoras de títulos", ha señalado Poó.

Explica que, desde que se promulgó esta norma, y quitando las teorías conspiranóicas y criticas de barra de bar, el error está en considerar al alumno como una víctima: "Son víctimas de una situación familiar desfavorable, de un contexto socioeconómico bajo, o víctimas de si mismos porque son muy vagos".

A cada uno de estos problemas, cree Poó, "se les responde con un derecho, en vez de animarles a superarse".

Esta situación elimina las herramientas que sirven para el desarrollo de los jóvenes hacia la vida adulta. Además, ¿cómo convences a los alumnos de que merece la pena estudiar y esforzarse?

"Como todos los seres humanos tendemos a la economía, obtener le máximo numero de beneficios con el mínimo esfuerzo posible". Ese será el mayor problema de esta norma, señala el profesor: "Si ellos saben que suspendiendo pueden pasar, cuesta muchísimo trabajo motivarlos. Se deprecia el valor del esfuerzo en el sistema educativo".