Nayib Bukele, presidente de El Salvador, se convirtió en el primer presidente en aceptar el Bitcoin como forma de pago. Lo hizo el pasado mes de septiembre, tras invertir en él con el presupuesto nacional.
En total, compró 1.391 bitcoins, cada uno a unos 50.000 dólares, es decir, un total de 71 millones de dólares. Su objetivo era multiplicar el presupuesto del país de una forma rápida y aparentemente fácil.
De este modo, Bukele optó por comprar bitcoins con el objetivo es incrementar el Producto Interior Bruto (PIB) de su país. La clave estaba en las remesas: con dos millones de salvadoreños viviendo en el extranjero y enviando dinero a sus familiares en El Salvador, el 20% del PIB del país se componía de las remesas. Para enviarlas, tenían que pagar muchas comisiones y el Gobierno de El Salvador creía que con el bitcoin no las habría.
Sin embargo, en tan solo cuatro meses los bitcoin han caído a mínimos históricos. Las arcas públicas salvadoreñas han perdido un 14 % de su valor y el país ahora roza la suspensión de pagos. El presidente confía en que volverán a subir y que recuperarán el dinero invertido; mientras, el 30% de sus ciudadanos están en la pobreza.
Además, la inflación ya golpea el día a día de cualquier país, y convivir con la 'lotería' de las criptomonedas supone una enorme volatilidad.
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