El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha asegurado que no contempla la repetición electoral y que confía en poder formar un Ejecutivo progresista. Algo que pasa por contar con el apoyo, entre otras formaciones políticas, de Junts. El partido de Carles Puigdemont puso encima de la mesa de Sánchez la amnistía. La considera una condición esencial para apoyarle de cara a una posible investidura. Y es quizá por eso, por lo que el líder socialista ha abierto la puerta a una futura ley de amnistía.
"Lo que hemos hecho durante todos estos años ha sido tratar de devolver a la política lo que nuca tuvo que salir de la política", ha señalado Sánchez durante una rueda de prensa en Nueva York, donde asiste a la Asamblea General de las Naciones Unidas. Además, ha afirmado que la crisis política en Cataluña no debió acabar en la vía judicial. Unas declaraciones que chocan frontalmente con lo que dijo el presidente del Gobierno en aquel momento: "El Gobierno de España ha decidido afrontar el problema y buscar la concordia".
Sánchez se ha mostrado en varias ocasiones reticente a la amnistía para el procés, llegando a asegurar que era algo que "el Gobierno no va a aceptar". Y por eso, la gran pregunta es cómo ha pasado de decir: "Me comprometo aquí y ahora a traer a Puigdemont de vuelta a España y que rinda cuentas ante la justicia española". A esto otro: "Seré coherente con la política de normalización en Cataluña, y ya estoy diciendo mucho".
Evidentemente, esto no se entiende sin la necesidad de los votos de Junts. Pero hay dos medidas de Sánchez claves en este tiempo: el indulto de los políticos catalanes presos; y la eliminación del delito de sedición. Ambas fueron decisiones polémicas, ambas fueron controvertidas, pero ambas han tenido, o han contribuido mucho, a dos resultados. Por un lado, un descenso del independentismo: según el CIS catalán, los partidarios de la independencia están ya diez puntos por debajo de los que rechazan una Cataluña independiente. Y por otro, que el Partido Socialista de Cataluña (PSC) ha conseguido convertirse en líder en las últimas elecciones autonómicas y generales en Cataluña. Con esas dos bases, todo apunta a que este es el argumento del líder socialista. Esa coherencia de la normalización y con esas medidas, se desactivó el problema. Sin embargo, el asunto es que quizá se le activaron otros.
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