El trumpismo encuentra un aliado en España con la presencia de Tucker Carlson, ex presentador de Fox News, conocido por sus posturas extremas. Su presencia en eventos junto a políticos como Santiago Abascal revela la creciente influencia del trumpismo en la política española, mientras el Congreso se blinda para evitar posibles disturbios, emulando el asalto al Capitolio en EE. UU.

Desde la no aceptación de resultados electorales hasta mensajes apocalípticos, la política española refleja la estrategia trumpista. La negativa a reconocer victorias electorales y las acusaciones de fraude han permeado el discurso político, recordando los tres años de disputas postelectorales en Estados Unidos.

La retórica trumpista se manifiesta en España a través de insultos al rival y la propagación de bulos. Los calificativos de "felón", "traidor" o "mentiroso" se suman al intento de sembrar dudas sobre la legitimidad democrática, como ocurrió recientemente cuestionando el voto por correo en el país.

El llamado a la movilización ciudadana, una táctica característica de Trump, encuentra eco en España. Los últimos días han sido testigos de una creciente agitación social, con la población instada a tomar las calles. A medida que el debate de investidura de Pedro Sánchez se avecina, 1.600 policías resguardan el Congreso ante posibles disturbios.

La combinación de estos elementos, tan característicos del trumpismo, evoca el peligro de un desenlace similar al asalto al Capitolio. Mientras España se prepara para la investidura, la sombra de la movilización ciudadana planea sobre el escenario político, generando incertidumbre y recordando la necesidad de mantener la seguridad en el Congreso.