Doctor por un día

Trump se pone la bata de médico, pero su receta no es científica: solo busca ganarse a una parte de su electorado

El contexto Trump recomienda a las embarazadas que no tomen paracetamol y que los recién nacidos se salten vacunas, sin ninguna prueba científica, y lo hace solo para ganarse a su electorado antiestado, antiélites, y antisanidad.

Trump se pone la bata de médico, pero su receta no es científica: solo busca ganarse a su electorado más escéptico

Donald Trump se ha puesto la 'bata de médico', pero no para curar, sino para conquistar. En sus últimas declaraciones, pidió a las embarazadas que eviten el paracetamol porque, según él, provoca autismo. También recomendó que los recién nacidos no se vacunen contra la hepatitis B, alegando que solo se transmite sexualmente. Todo ello sin un solo respaldo científico. Su único argumento: en Cuba no hay autismo porque allí no se usa paracetamol. Sí, eso dijo.

Pero aquí está la clave: Trump no se 'viste de médico' por casualidad. Lo hace con un objetivo político muy concreto. No busca proteger la salud de nadie, sino ganarse el favor de un electorado muy particular: antivacunas, antiestado y antiélites. Gente que desconfía de las recomendaciones sanitarias y cree que cualquier autoridad con conocimientos es enemiga.

Estos grupos tienen tanto poder que moldean su mensaje. Por eso nunca presume de los logros de su gestión contra la COVID-19, ni de los 8.500 millones de euros destinados a combatirla, ni de haber puesto a figuras antivacunas como Robert Kennedy al frente del Ministerio de Sanidad. Sus palabras sobre paracetamol y autismo son un guiño directo a quienes cuestionan todo lo que viene de las "élites" y del Estado.

El momento elegido también tiene un trasfondo: Trump busca reforzar su imagen mientras enfrenta críticas por no publicar documentos sobre Jeffrey Epstein, su amigo y delincuente sexual. Hablar de conspiraciones médicas y de supuestas verdades ocultas le permite presentarse como "el que dice lo que otros callan", incluso a costa de ignorar la ciencia.

Porque aquí está la verdad que no aparece en sus discursos: no hay evidencia de que el paracetamol en el embarazo cause autismo. Ningún estudio serio, ningún ensayo clínico, ningún informe contrastado lo respalda. La ciencia está clara. Trump, en cambio, juega a otra cosa: se pone la bata, reparte miedo y desconfianza, y lanza un mensaje político perfectamente calculado.

A si que la próxima vez que veas a Trump con 'bata de médico', recuerda que no está cuidando la salud de nadie. Está jugando al doctor… de su electorado.