Dani Alves sigue en prisión después de haber sido denunciado por una presunta violación en una discoteca de Barcelona. Para su defensa, el brasileño ha contratado a una de las togas más prestigiosas de la Ciudad Condal, Cristóbal Martell, que ya defendió a futbolistas como Messi o Samuel Eto'o, a empresarios como Javier de la Rosa o José Luis Núñez o a políticos como Álvaro Lapuerta.

Martell trabaja desde un despacho que él dice que es el de la Señorita Pepis y su especialidad son los pactos y los asuntos complejos. Podría decirse que es el 'señor Lobo' de los abogados penalistas, un profesional que defiende a los malos y que cree que las víctimas están "demasiado consideradas", como vemos en el vídeo que acompaña a estas líneas.

El abogado piensa que ya nadie cree en el derecho y cree que los poderosos no controlan la justicia. "¿Cuántas nulidades hemos visto en asuntos económicos de función pública? En cambio, en asuntos de heroína turca estamos hartos de ver anulándose procesos y a nadie escandaliza. Para que luego digan", esgrime.

"Asistimos a algo tremendo, los nuevos gestores de la moral social colectivo. Ecologistas, consumidores, vecinos, feministas... ¡Todos colectivos entrañables! Están adquiriendo en el sistema penal una voz más allá de lo razonable", opinó, añadiendo: "Situar a la víctima en el eje del sistema está distorsionando el sistema de garantías".

A Martell le preocupa el populismo punitivo. Es tan discreto que no tiene ni página web. Según 'El Mundo', tiene dos motes: Harry Potter y Johnny Depp. Se formó en un colegio alemán y posiblemente de ahí venga lo cuadriculado que dicen que es.

Su técnica en los juicios es buscar las grietas, las incongruencias, y entonces vender lo que llama una "lectura amable de los hechos". Es decir, leer, a su manera, la realidad. Él lo llama un "segmento ínfimo" de esa realidad que se puede usar para cualquier situación, incluso para defender el tráfico de influencias.