La teoría del Gran Reemplazo es una de las teorías conspirativas más extremas y locas que existen. Sostiene que las élites están tratando de sustituir a la población europea blanca y cristiana por inmigrantes, buscando una sustitución étnica en la que todos los ciudadanos se conviertan en mestizos. La premisa es que, al no tener raíces, nación ni cultura, estas personas no defenderán sus identidades, lo que permitiría a las élites actuar a su antojo.
Esta teoría conspirativa, de extrema derecha, se ha propagado por Europa, principalmente a través de las redes sociales, utilizando datos sacados de contexto para convencer a su audiencia de que su identidad y cultura están en peligro. El Gran Reemplazo no solo ha resonado en Europa, sino que también ha cruzado fronteras, integrándose en el discurso de la extrema derecha en Estados Unidos, Canadá y Australia. Además, ha inspirado atentados, como el ataque en Christchurch, Nueva Zelanda, donde murieron 50 personas.
La teoría del Gran Reemplazo se origina en un intento de convertir la migración, una realidad humana, en un problema. La crisis de los refugiados de 2015 marcó un punto de inflexión para esta narrativa. En Francia, es donde más se defiende esta teoría, siendo figuras como Eric Zemmour y Marine Le Pen quienes la mencionan con frecuencia. Lo mismo ocurre en Alemania, Italia y España, donde políticos de extrema derecha se refieren al Gran Reemplazo al calificar la migración como una "invasión" o una "amenaza existencial".
Por la propuesta de Bruselas
El pescado fresco de España, en peligro: productos de Argelia, Marruecos y Túnez podrían reemplazar al producto local
Las consecuencias Bruselas propone reducir los días de pesca en el Mediterráneo de 130 a 27 para proteger la biodiversidad marina, pero podría poner en riesgo 17.000 empleos y dejar a miles de familias con ingresos insostenibles.