En una comparecencia que duró cerca de 25 minutos, José Luis Ábalos, el que fuera uno de los hombres más poderosos dentro del PSOE, compartió con los medios un sentimiento que le embarga profundamente hoy en día: la soledad. El exministro expuso su estado emocional ante la prensa, revelando una vulnerabilidad raramente vista en figuras de su calibre.

Visiblemente afectado, Ábalos criticó la actitud de su propio partido, el cual, según sus palabras, lo ha dejado "completamente solo". Esta soledad no solo se manifestó en su comparecencia ante la prensa en el Congreso, sino también en la forma más literal posible: solo en su coche, sin nadie a su lado. Se describió a sí mismo como un "mero peón" en el tablero de una lucha política mayor, defendiendo su honorabilidad ante lo que percibe como una injusta desolación.

El exministro también lanzó críticas hacia algunos medios de comunicación, a los que acusa de atacarlo personalmente, presionando a sus seres queridos y violando la privacidad de su familia. El daño infligido, especialmente el dirigido hacia su hija, es algo que Ábalos declara no poder soportar, evidenciando el precio personal que ha pagado en esta contienda.

Aún así, Ábalos no ha abandonado la arena política. Continúa su carrera en el grupo mixto, siguiendo el consejo de aquellos que, dice, aún permanecen a su lado. Además, recordó el apoyo incondicional de los militantes socialistas y expresó su afecto hacia sus excompañeros de escaño. Al finalizar su intervención, el exministro se retiró tan solo como llegó.