Silvio Berlusconi ha justificado la invasión de Rusia a Ucrania. El candidato italiano ha asegurado que Vladímir Putin irrumpió en Ucrania empujado por la población rusa del Donbás, por su partido y sus ministros. Es por eso que, según ha dicho el propio Berlusconi, Putin tuvo que "inventarse esta 'operación especial'". Lo cierto es que la influencia rusa en Italia sigue presente. Por ello, Joaquín Castellón ha planteado seis claves para entender las elecciones italianas.
La primera de ellas es, por supuesto, Rusia: porque se ha llegado a hablar de que Rusia financió a varios partidos italianos, registrándose serias sospechas entre formaciones. Pero no es el único punto de este análisis en el que Moscú entra en juego. Y por ello hablamos de la 'Operación Italia', o cómo Putin estaría usando las elecciones para desestabilizar a la Unión Europea: se dice que lo está haciendo enviando migrantes desde Libia y que conseguiría con ese plan deteriorar las relaciones de Italia con otros países miembros de la OTAN y la UE.
Pero Rusia no es la única clave para entender las consecuencias de las elecciones italianas. En esta campaña electoral se ha hablado mucho también de economía, que precisamente es un elemento derivado de los intentos de Rusia por invadir Ucrania. Según el Censis -el CIS italiano-, los precios y la inflación son los problemas que actualmente más preocupan a la población italiana (así lo consideran el 47,4%), seguidos de la crisis energética (un 45,7% ve muy preocupante esta cuestión) y el trabajo y el empleo (para el 40,5% de los italianos es el problema que más preocupa).
Otra clave relevante en el proceso electoral: la abstención, con un dato que puede ser histórico. Desde 1948, cuando la tasa de abstención se situaba en el 7,8%, hasta este domingo, fecha en la que podría subir hasta el 38%-43%. Porque los datos de abstención han ido incrementándose casi sin frenos (a excepción de una leve mejora entre 2006 y 2008) en Italia desde hace décadas: en 2001 estuvo en el 18,6%; en 2008, en el 19,5%; en 2013, en el 24,8%. Y de la abstención pasamos a otro elemento clave que va en esta línea: los jóvenes. ¿Qué está ocurriendo con ellos?
Castellón nos ofrece un dato que nos da pistas sobre este eje: en las elecciones del 2018, menos del 55% de los menores de 35 años acudieron a las urnas. Prácticamente, la mitad de los italianos menores de 35 no fueron a votar. Ante esta crisis en las cifras, la política italiana tuvo que tomar medidas: para empezar, en estas elecciones, y por primera vez, los menores de 25 años podrán votar al Senado (hasta ahora, solo podían votar para la Cámara de los Diputados). Pero esto podría ir a más porque se ha estado estudiando que los jóvenes de 16 años puedan votar. Bajo esta premisa: si pueden pagar impuestos y trabajar, por qué no van a votar.
La clave para atraer a ese electorado joven a las urnas se convierte en otro de los elementos clave que analizamos en esta pieza: las redes sociales. Tik Tok e Instagram han sido fundamentales en la campaña electoral italiana. Las fotos y los vídeos han sustituido allí a los tradicionales carteles. Sin embargo, Italia sufre una carencia en este sentido, y es que no cuenta con voto por correo. Y por finalizar, un apunte de lo más interesante: los virólogos han acabado convirtiéndose en los protagonistas de estas elecciones y, quién sabe, quizá también claves en la conformación del nuevo Gobierno.
¿Se ha intentado cambiar?
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¿Qué implica? El 'caso Koldo' destaca cómo la acusación popular, exclusiva de España en la Unión Europea, se está utilizando con fines políticos. Partidos como PP, PSOE, Vox y otras asociaciones rivalizan por liderar esta figura.