Por primera vez, el Consell Regulador del Cava, que fija las normas de producción de este producto, tendrá representantes de fuera de Cataluña, la comunidad autónoma que engloba el 95% de la producción y el 80% de las hectáreas dedicadas al cava.

La entrada de representantes de Extremadura y Comunidad Valenciana podría generar roces con Cataluña en el caso de que se aborde la cuestión de las hectáreas, pues esta última defiende que no se amplíen porque, consideran, el mercado está saturado. Mientras, en el resto de territorios se apuesta por lo contrario, ya que las ventas de cava no catalán han subido desde el auge del independentismo. En Extremadura, por ejemplo, se producían 600.000 botellas y cuando llegó Carod-Rovira, y ahora, se están produciendo y vendiendo 6 millones.

Además, en el mundo del cava también existen dos líneas diferentes para aumentar sus ventas: la que opta por hacer un cava de más calidad a un precio más elevado que mantendría una producción sin aumento y otra que querría producir más botellas para abaratar precios.

En el mercado, el cava tiene un gran 'enemigo': el prosecco italiano, un espumoso menos trabajado que el cava, pero que se está vendiendo mucho mejor.