El principal canal de noticias iraní ha hecho alarde del "mayor ataque con drones del mundo y el de mayor alcance" en la historia, afirmando haber demostrado la "ineficacia" de las defensas aéreas israelíes y estadounidenses. Prometiendo más venganza contra Israel y amenazando con mutilar a cualquier agresor, las tensiones en la región alcanzan un punto crítico.

Ante esta provocación, todas las miradas se dirigen al presidente israelí, Benjamin Netanyahu. A medida que crece la especulación sobre la respuesta de Israel, surge la pregunta crucial: ¿cómo y cuándo responderá? Con Netanyahu acorralado por la ultraderecha internamente y aislado internacionalmente, su posición se tambalea. Con el único apoyo significativo de Estados Unidos, cualquier exigencia de moderación por parte de este último podría generar fracturas en su débil coalición de gobierno.

Las próximas elecciones, previstas para 2026, parecen cada vez más distantes, con miembros del gabinete pidiendo un adelanto electoral. Sin embargo, las encuestas dan como favorito al exministro de Defensa, lo que augura un panorama difícil para Netanyahu. Además, la crisis política se ve exacerbada por los 7 meses de protestas callejeras, exigiendo su renuncia y la liberación de los rehenes.

Para Netanyahu, la guerra podría ser una estrategia para ganar tiempo en su caso judicial, donde enfrenta acusaciones de corrupción. Con el juicio suspendido durante el estado de excepción por la guerra, cada día de conflicto representa una oportunidad para postergar su destino ante la justicia.