La decisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de adelantar las elecciones al 23 de julio define perfectamente a Pedro Sánchez. Ante la debacle de la izquierda, ante el tsunami azul que asoma, reacción inmediata. Tiene algo de arrojo y de osadía, es a la vez temerario y audaz.

El anuncio ha pillado por sorpresa a muchos, por no decir a todos, y es que muy pocos de su círculo sabían lo que iba a anunciar el presidente. Lo hace para intentar cambiar el foco, cambiar la conversación del hundimiento de la izquierda a la nueva contienda electoral.

También para evitarse seis meses de desgaste con la oposición diciéndole cada día que no está legitimado para seguir en La Moncloa. Ahora, los socialistas tienen 55 días para activar a su electorado.

Ante la sorpresa de Sánchez, el resto de líderes de otros partidos se ha visto obligado a reaccionar. Desde el andaluz y 'popular' Juanma Moreno Bonilla, diciendo que esta convocatoria de elecciones adelantada "es una huida hacia delante" hasta Aitor Esteban, portavoz del PNV, tachando el anuncio de "sorprendente y difícil de justificar".

Igual de sorprendido Miguel Ángel Revilla, líder del Partido Regionalista de Cantabria, quien "perplejo" ha llegado a asegurar que no entendía la decisión.

Para Isabel Díaz Ayuso, que este 28M ha revalidado su mayoría absoluta al frente de la Comunidad de Madrid, este adelanto de los comicios a julio es "una rendición" porque los socialistas se encuentran en "un callejón sin salida".

Pero el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, cree que "mejor cuanto antes". Su partido no ha tenido ni 12 horas para paladear la victoria: ahora le espera Vox. Las negociaciones con la extremaderecha para formar Gobiernos o al menos conseguir investiduras van a coincidir con la precampaña y pueden marcar la campaña. De momento, Santiago Abascal quiere negociar todo desde su sede nacional en Madrid, mientras Feijóo apuesta por que lo gestione cada territorio.

Lo cierto es que el PP quería elecciones y se las ha encontrado ya. Vox ha conseguido un millón de votos más que hace cuatro años y ahora debe decidir si entra en los gobiernos autonómicos, con el PP, o si los controla desde fuera, y probablemente deba tomar esa decisión antes de las nuevas elecciones del 23 de julio.

Por otro lado, está el espacio a la izquierda del PSOE. Yolanda Díaz y Unidas Podemos han iniciado ya una lucha contra el crono. La Ley Electoral les da 11 días para comunicar oficialmente si van juntos o no a las generales. La debacle de Podemos sumada al adelanto electoral obliga al espacio a la izquierda del PSOE a rearmarse para la nueva batalla electoral.