En un nuevo capítulo del drama judicial que sacude al Partido Popular, Rodrigo Rato y Eduardo Zaplana se ven envueltos en una maraña de acusaciones y defensas mientras enfrentan juicios por corrupción. Mientras Zaplana se enfrenta a una posible condena de 19 años, Rato encara la posibilidad de 70 años tras las rejas por la gestión de su patrimonio personal.

En la Audiencia Provincial de Madrid, Rato ha situado el origen de parte de ese patrimonio en el dinero en Suiza que le dejó su padre tras su fallecimiento en 1998, que no había sido repatriado. Este recurso a la herencia como justificación no es nuevo en el mundo de la política española.

Jordi Pujol ha mantenido consistentemente que la fortuna en Andorra proviene de la herencia de su padre, Florenci Pujol, decía que se trataba de "un dinero ubicado en el extranjero fuera destinado a mis hijos y a mi esposa, más que una herencia, se tiene que hablar de legado". Sin embargo, en el año 2020, un juez de la Audiencia Nacional puso en duda esta afirmación, sugiriendo que podría haber otras fuentes de ingresos.

Otro caso es el del exalcalde de Barcelona Xavier Trias, con la revelación de un entramado offshore familiar en las Islas Vírgenes Británicas. Según informes de laSexta y 'El Confidencial', esta estructura estuvo activa hasta 2008, con Trias y sus 11 hermanos como beneficiarios, destinada al reparto de la herencia de sus padres.

Por su parte, el expresidente de la Generalitat, Artur Mas, ha sido señalado como conocedor y beneficiario de una cuenta en el paraíso fiscal de Liechtenstein desde finales de los 80, durante su etapa como conseller de Hacienda. Aunque siempre ha negado haber recibido fondos de esta cuenta, su conocimiento y falta de acción han generado controversia.

En el ámbito judicial, figuras como Francisco Granados y Mario Conde han utilizado la justificación de herencias para explicar cuentas en el extranjero y negocios financieros. Granados, expresidente de la Comunidad de Madrid, y Conde, expresidente de Banesto, han defendido que los fondos provienen de herencias familiares, aunque sus explicaciones han sido objeto de escrutinio por parte de las autoridades.

Finalmente, la figura del rey emérito, Juan Carlos I, también ha sido relacionada con herencias y fortunas ocultas. En 2013, se reveló que había recibido 2,2 millones de euros de la herencia de su padre, don Juan, aunque estos fondos no fueron repatriados por motivos de imagen pública, según el albacea de la herencia.