Ramón Tamames negocia con Vox convertirse en el candidato de su moción de censura. Santiago Abascal ha contado en sus redes sociales que está manteniendo reuniones con él y, según el líder de la ultra derecha, se han emplazado en seguir teniéndolas. Por su parte, Tamames ha confesado a 'El Mundo' que acoge la oferta con "receptividad" y que ojalá se lo pidiera también el PP.

Ramón Tamames fue un histórico dirigente del Partido Comunista, pero al economista no le parece excluyente: "No es un antecedente negativo ser del Partido Comunista. Estamos en la misma lucha desde 1956", ha indicado en declaraciones a 'El Mundo'.

Tiene 89 años y, más allá de su pensamiento político actual, es un economista fundamental para entender España. Catedrático, político, historiador, escritor y, sobre todo, el economista más leído en España: ese es Manuel Tamames.

No hay estudiante de Economía, universitario u opositor que no conozca el llamado 'Tamames', la enciclopedia de la economía española. Tras 26 ediciones, sigue siendo, según él, el mejor reflejo de la Historia de España.

Su figura comenzó a hacerse relevante como activista estudiantil contra el franquismo. Llegó a ser detenido y encarcelado junto a otros universitarios por reivindicar que España necesitaba una Constitución.

Tras salir de la cárcel, decidió ingresar en el Partido Comunista porque -dice- era el único que luchaba por las libertades. El PCE lo presentó como candidato a la alcaldía de Madrid en 1979, y un acuerdo con los socialistas devolvió el Ayuntamiento a la izquierda desde la Segunda República: Tierno Galván se convirtiría en alcalde y Tamames en su número dos.

Durante la Transición, se convirtió en una de las figuras más reconocidas del Partido. Diputado en la legislatura constituyente, no tuvo problemas a la hora de manifestar sus discrepancias con Santiago Carrillo. Defendió que un militar ocupara la cartera de Interior, unas palabras que le reprocharon durante años.

Desde su escaño vivió el histórico 23F. Luego se supo que aquella noche su nombre sonó como ministrable de Economía en un hipotético Gobierno de salvación nacional.

Tras romper con el partido, se convirtió en cofundador de Izquierda Unida, pero su paso fue breve. Decepcionado, terminó en las filas del CDS de Adolfo Suárez. Desde entonces, siempre ha defendido que sus idas y venidas solo responden al propósito político que le ha movido siempre: recuperar el espíritu de la transición. Consenso y reconciliación.

Con ese 'late motiv', le hemos visto defender a Vox en sus últimas entrevistas como un partido constitucional, que está dentro del sistema y que se está autorregulando. Ahora, está por determinar si también será una de sus caras visibles.