Miles de personas han salido a las calles de Barcelona este lunes para celebrar la Diada, que en esta ocasión ha estado marcada por la división entre ERC y Junts. Ambos partidos mantienen posturas diferentes sobre las condiciones independentistas catalanas para una hipotética investidura de Pedro Sánchez, para la que el apoyo de los partidos independentistas resultaría indispensable.

Durante la marcha, se han vivido momentos de tensión cuando un grupo de manifestantes ha gritado "Govern dimissió" (Gobierno dimisión) o "Aragonès, venut" ("Aragonès, vendido") al presidente de la Generalitat y coordinador de ERC, Pere Aragonès. Mensajes a los que otros han respondido con gritos de "independencia". Además, durante la manifestación de la Esquerra Independentista, unos cinco encapuchados han quemado una gran imagen boca abajo de Aragonès y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni.

A la manifestación de la Diada de este año han acudido cerca de 115.000 personas, según ha informado la Guardia Urbana. Poco que ver con las imágenes que se vieron hace unos años. En 2012, a la Diada que inició el Procés, salieron a la calle un millón y medio de personas. En 2013, una cadena humana recorrió de norte a sur toda Cataluña. Pero la mas masiva de todas fue la del año siguiente. En 2014, cuando se cumplió el tricentenario de la caída de Barcelona, 1,8 millones de personas formaron una gran "V" (de la 'Vía Catalana') de 11 kilómetros en las calles de Barcelona. Fue entonces cuando la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC) pidió a Artur Mas, que pusiera las urnas.

Aquel fue el proceso participativo en el que los catalanes se pronunciarían sobre el futuro de Cataluña, el 9N, una consulta que se celebró a pesar de ser declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional. Aquel 9 de noviembre, participaron en la consulta alternativa más de 2,3 millones de catalanes. Sólo había dos preguntas: '¿Quiere que Cataluña sea un estado? En caso afirmativo, ¿quiere que sea independiente?'. Un 80,7% de los votantes (más de 1,8 millones) votaron que sí a las dos preguntas; sólo 232.182 personas eligieron la opción de un estado catalán pero no independiente, y 104.772 votaron por el 'no' absoluto.

Durante los años siguientes, no se consiguieron los mismos datos, ni parecidos; en 2015 y a un mes de las elecciones (en las que el independentismo catalán concurrió casi todos juntos) acudieron 1,4 millones de personas. En 2016, ya se comenzó a notar un bajón de asistencia (875.000); y en 2017 se logró convocar a 1 millón de personas. Misma cifra que en 2018 cuando ya se había aplicado el 155 y Carles Puigdemont ya había abandonado el país. Esa fue la última Diada masiva. Las posteriores manifestaciones han quedado muy lejos del millón. En 2019, la última antes del coronavirus, tuvo 600.000 asistentes. Y la del año pasado, a la que ERC no acudió por primera, acudieron 115.000 asistentes.